Jorge Andrés Bravo Cuervo
El año 2010 se ha convertido en un hito mucho más allá del significado que tuvo para los chilenos por los extraordinarios eventos y vicisitudes que no ha tocado pasar (terremoto, bicentenario entre otros). Lo ha sido para el mundo, por los amplios efectos económicos, sociales y culturales que esta teniendo la revolución tecnológica en curso, la cual día a día nos va dejando en evidencia, que no se trata de la sumatoria de nuevas máquinas o dispositivos, sino de una nueva realidad que esta transformando las relaciones entre las personas, grupos e instituciones. Asistimos a la gestación de una nueva existencia, la vida digital. Para muestra, señalemos los cambios que están afectando a los medios de comunicación masivos (Periódicos, revistas, cine y producción musical) que dominaban sin contrapeso en el siglo pasado, lo cuáles hoy están inmersos en un proceso de radicales adecuaciones de soporte, configuración y distribución.
El mundo de los aparatos cada vez más interconectados y multifuncionales está adquiriendo un protagonismo en la cotidianidad, lo cual va cambiando las nociones mismas de lo que entendemos, comprendemos y vivenciamos. Pareciera que ese futuro alguna vez se ha leído en las hojas amarillentas de los libros de ciencia ficción o visto en las pantallas de cine o la T.V adquiere una consistencia, una verosimilitud, que nos obliga a reconceptualizar lo ha aprendido, y es un permanente desafío a la apertura hacia nuevos artefactos tecnológicos, dotados de configuraciones, que pondrán aprueba permanentemente nuestras capacidades de aprendizaje, y por sobretodo, nuestras capacidades de discernimiento de los fenómenos societales que traen aparejados.
Asumir pues, la demarcaciones que supone la vida digital es ventajosa, pues nos hace partícipe de una comunidad comunicativa; abierta y mutante, nos sitúa en la interacción con otras personas atrapadas en las mismas circunstancias y dispuestas a compartir, no nos queda más que aceptar la irrupción de una multiplicidad de situaciones o eventos digitales por llegar, estamos compelidos a interactuar con ello, en un proceso, continuo de insospechados derroteros lo que pueden significar una ampliación de los horizontes de nuestra vida. En efecto, el acceso a Internet pone a disposición de cualquier usuario un volumen infinito de información, ante el cual debemos desarrollar habilidades orientadas sobre la manera de poder apropiarse de ella, para convertirla en un conocimiento a disfrutar y utilizar, además posibilita la existencia de redes que han demostrado tener múltiples usos culturales, sociales e incluso han traído nuevas manera de establecer relaciones afectivas y sentimentales.
La amenaza de los virus, el pirateo, la utilización de la información personal que va quedando en e-mail, twitter, facebook y otros, se han instalado como las temidas epidemias del nuevo siglo, a ser sobrellevadas en estas nuevas fronteras por las que transitamos. De ahí la urgente e imperiosa necesidad de generar un proceso de socialización digital acorde a los requerimientos de la nueva etapa de la humanidad que se está asentando entre nosotros. No es que el mundo haya dejado de ser “ancho y ajeno”, sino que se vuelto más omnipresente e ineludible a los caprichos de apretar el botón de encendido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario