martes, 13 de abril de 2010

El aborto, como mirarlo?


Por Francisca Aguilar


Cuando tomamos el tema del aborto para educar a las personas sobre su significado, consecuencias y en otros casos, beneficio, es importante entregar las herramientas que lleven a las personas a elegir o decidir qué es lo mejor para ellas, independiente del marco de creencias que las sociedades, países o juicios existan sobre el tema.
Al investigar nos damos cuenta que su legalidad y el carácter de ella se relaciona con el devenir diario de un país. Existen comunidades que presentan una sobrepoblación que les impide integrar un hijo más al grupo familiar, ya que sería un ente desestabilizador de la propia economía. En otros espacios mundiales donde la tuberculosis, VIH-Sida y la malaria son enfermedades que inciden en la mortalidad infantil, también conducen y determinan la planificación, el deseo y/o el control de la natalidad por parte de las mujeres.
Actualmente la mujer vive un despertar que en Latinoamérica y hace algunas décadas en Europa, las ha conducido a fortalecer y trabajar por la realización de su proyecto profesional. Este hecho ha determinado fuertemente las “pocas ganas” de ser madres.
En otras realidades donde las posibilidades parecen ser escasas, donde educarse es un privilegio y el tener un trabajo también, la llegada de un hijo sería aún más complejo.

El aborto como acción surge a partir de un individuo que no desea ser “madre” o “padres”. En ella o en ellos no existen las ganas de transformarse en personas que puedan ser parte de un proceso de creación, formación e independencia del humano que como hijo darán al mundo.

Para entender un poco más, diremos que el aborto es la interrupción de la vida en su proceso de gestación; es cuando el “ser” que crece en el vientre de una mujer/madre no llega a nacer. Existen diversas razones del porqué dicho proceso no llega a su fin, sin embargo, la mayoría de las veces su intervención o interrupción ocurre desde la acción directa o indirecta de una persona, sea este médico, la propia madre, una partera, algún químico o quizás una operación quirúrgica.

Si bien los abortos no solo se producen por la intervención de la mano del hombre sino de forma natural o lo que se conoce como “aborto espontáneo”, debiéramos de preguntarnos: ¿Por qué no desear un embarazo?:
1. Porque soy escolar
2. Soy muy joven
3. Estoy sobre los 40 años
4. Por no contar con los recursos económicos
5. Tener una salud compleja
6. Por no tener contemplado ser madre
7. Porque fui violada
8. Porque no quiero ser madre soltera
9. Porque mi cultura vive una sobrepoblación
10. Porque existen muchas enfermedades
11. Porque me falló el anticonceptivo
12. Quiero realizarme como profesional
13. Porque tengo SIDA
14. Porque soy adicta
15. Porque mi hijo viene enfermo

Estas 15 razones, que podemos entender como distinciones, nos permiten ampliar nuestro entendimiento y meditar el motivo que conduce a un individuo a finalizar con la vida de “otro” ser humano. Ciertamente esta es una de las múltiples formas de ver y reflexionar sobre el aborto, las otras pueden surgir de esas 15 o más razones que llevan a una persona a tomar esa decisión, sea esta la madre, su familia, la cultura, la religión, la sociedad, su pareja, el marido, etc.

Para entender el tema, es importante hacernos preguntas y ver qué respuestas construimos en conjunto. La idea es ver más allá de nuestro campo de valores, prejuicios o limitantes socioculturales y hacer el intento de reconocer la práctica del aborto como una de las acciones que en nuestra región se realizan con mayor frecuencia de lo que revelan las cifras. Ejemplo de ello es lo que sucede en América Latina, donde las cifras oficiales del aborto difieren de las reales producto de la legalidad e ilegalidad del proceso en algunos países.
En América Latina y el Caribe, alrededor de cuatro millones de mujeres se realizan un aborto del tipo inducido cada año. De ellas, un millón 400 son brasileñas, y se estima que una de cada mil muere por causa del aborto desarrollado en lugares clandestinos. (ver artículo)
En el mapa de colores que se adjunta, aparecen las diversas situaciones que viven los países del mundo en relación al aborto. Allí se indican los parámetros y límites que permiten o no permiten su realización. Chile, Nicaragua y el Salvador, son los únicos países en el planeta que -según dicho mapa- no permiten el aborto en ningún caso. Observar imagen:

Si observamos, uno puede distinguir que tanto las naciones desarrolladas, como las que están bajo la línea de la pobreza a nivel mundial -donde gran parte de los habitantes están expuestos a enfermedades contagiosas- y que, además, cuentan con una sobrepoblación, integran el aborto como posibilidad.

Si bien la razón más clara del aborto es el “no deseo” de engendrar un niño. También sucede que en la actualidad las niñas comienzan su vida sexual a muy temprana edad, por ejemplo en Chile se estima que comienzan a los 15.5 años promedio. A lo anterior se suma la falta de conocimiento sobre el manejo de los anticonceptivos.

Paralelamente, los números señalan que en América Latina las cifras aumentan no solo por los abortos realizados sino por un tema aún más complejo y que se relaciona directamente con la mortalidad de las mujeres a partir de dicha práctica, en especial cuando utilizan vías clandestinas. Las cifras oficiales señalan que las muertes suman alrededor de cuatro mil 760 muertes oficiales en la región, sabiendo que los dígitos reales suman cerca de 10 mil en total.

El aborto es un tema que requiere meditación, observación, empatía y decisión, sea en contra, a favor o de indeferencia pura. El aborto no concluye con nuestras creencias o absolutismos, requiere de entendimientos, de informaciones, antes de condenar como si pudiéramos hacerlo…es un tema amplio y que requiere de la misma actitud para conversarlo.
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